domingo, 23 de octubre de 2011

Y así, renegando de la vida, fui por primera vez a Crea+


Por: Joshua Briceño
Ex beneficiario del Colegio Fe y Alegría #34 y actual Creando

La primera vez que oí sobre Crea+, sinceramente, pensé que era algo muy aburrido. Inmediatamente me negué a la idea de asistir un día más a clases, e inclusive ni siquiera fui yo quien se inscribió, sino que mi mamá lo hizo por mí.

Así, renegando de la vida, fui por primera vez a Crea+. Al ingresar, me lleve una gran sorpresa: todos los “profes” eran jóvenes y se les veía muy pilas. Pero en fin… me dirigí a mi salón y fue recién ahí, cuando todo mi orgullo por parti cipar en “Crea”, nació.

Todo lo que estaba a punto de vivir iba a cambiar mi forma de ver las cosas. Desde el inicio, los profes me cayeron muy bien; eran amables y sobre todo alegres, cosa que no se ve muy a menudo en el colegio. Y así, las matemáti cas me comenzaron a gustar (aunque solo un poco)...

Asistiendo a Crea+, pasaron casi ocho meses y, de pronto, el año estaba a punto de  culminar. De inmediato pensé que mis sábados en “Crea” también terminarían, pero… la sorpresa de las sorpresas (la cual cambió mi vida) fue que uno de mis profes me invitó a ser parte de Crea+. En ese momento ¡sentí una alegría tremenda!, pero no la demostré, no sé por qué. Acepté inmediatamente y le dije a mi profe que estaba de acuerdo con la idea.

Pasaron dos meses hasta que asistí al evento de reclutamiento. Al salir de ahí, era obvio que estaba nervioso, porque no sabía si iba ser aceptado o no para ser un Creando. Después de esperar un tiempo, recibí el correo donde me anunciaban que había sido aceptado, ¡poco faltó para que saltara de la alegría! pero de nuevo no lo hice, no sé por qué.

Así es como comenzó una nueva etapa: mi vida como Creando. Debo admitir que el primer día fui aterrorizado, pero felizmente pude controlarlo a tiempo para poder dictar mi clase. Al comenzar estuve muy nervioso, ya que veía muchos rostros viéndome atentamente esperando que dijera “mi primera palabra”; en ese momento tomé una buena bocanada de aire y comencé a decir todo lo que sentía.

Al culminar ese primer día como Creando quedé, como diría mi estimadísima Dupla (con la que dicto el taller de Biología), “emocionalmente muerto”. De hecho que sentí unas ganas inmensas de abandonar todo, pero hubo algo que me llenó de satisfacción y eso era, por más insignificante que parezca, que me digan “profe”. El simple hecho de que me dijeran así me dio ganas suficientes para seguir. Crea+ se ha convertido en una parte fundamental de mi vida, ya que he conocido a mucha gente, he vivido muchas experiencias y sobre todo he conocido un ambiente fraternal que difícilmente se puede encontrar. No sé cómo agradecer todo lo que Crea+ me ha brindado y lo que me sigue brindando.

Sinceramente, deseo que Crea+ continúe con su apuesta por la educación y que siga creyendo que más niños puedan alcanzar sus sueños, así como lo estoy haciendo yo y lo seguiré haciendo. ¡Gracias Crea+!

El sueño de toda mi vida: enseñar



Por: Sebastian Abad
Creando / Taller de canto

Para mí, los milagros no existen. Existen algunas casualidades, existe la disposición de un grupo de gente, existe el compromiso y las ganas de que las cosas sucedan. Existe la ley de la atracción, la esperanza en un futuro diferente. Existe gente que da todo por cambiar las cosas, aunque sean pocas, porque saben que el cambio no se define por su magnitud ni por su impacto, sino por el simple hecho de comprobar, con acciones, que no todo está perdido.

Recuerdo bien mis primeras impresiones de Crea+: un amigo me estaba comentando el proyecto, mientras a mí me intrigaba cómo el sueño que yo había tenido toda mi vida, ya existía, y no sólo eso, sino que ahora estaba a mi alcance: enseñar.

Fui a la primera charla informativa de Crea+ con mucha expectativa y salí totalmente convencido de que éste era el proyecto perfecto para mí. Siguió la feria de talleres, el primer acercamiento a los niños. Recuerdo que preparé un par de temas, tenía todo más o menos (des)ordenado en mi cabeza y me sentía particularmente ansioso antes de acostarme la noche anterior. Resultado final: jamás me vi más convencido de lo que quería. No sólo los niños eran increíbles, sino todo el grupo humano de Crea+ era alucinante. Cada engranaje estaba perfectamente dispuesto a hacer todo para que las cosas sucedan. Era una cosa de locos.

Llegó el primer día de clases: la prueba de fuego. Recuerdo que se me ocurrían diversas situaciones en las que yo salía pésimamente derrotado delante de un auditorio rebelde. Tenía particular miedo porque había segmentado mi clase de canto a los alumnos más grandes de secundaria. De pronto, la fila que formaba mi clase se empezó a llenar, todos súper sonrientes, todos súper dispuestos y después de dos meses, puedo dar fe de que eso sigue ocurriendo cada sábado.

Trabajar con mis alumnos, lejos de ser extenuante, ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida. Son personas con los sueños intactos, con las esperanzas y las ganas en perfecta sincronía. Pareciera entonces que existe una inconsecuencia entre la realidad que viven día a día y ese momento mágico que ocurre cada sábado. Es justamente ese el motor de Crea+: saber que quizás por dos horas, has llevado a los niños muy lejos, lejos sin retorno.

Recuerdo diversas anécdotas que me han marcado de manera especial. Una de las primeras clases, uno de  mis alumnos más tímidos cantaba un tema popular que había elegido para interpretar. De pronto, como es natural, los nervios le jugaron una mala pasada y se quedó en blanco. Me miró entre avergonzado y divertido. Dentro de mí, solo podía repetirme “espero que nadie se burle”. Los chicos no solo no se burlaron, sino que me dieron una clase maestra de compañerismo. Veía cómo varios de ellos trataban de soplarle la letra sin que yo me diera cuenta. Quedé tan impactado y emocionado que invité a todo el salón a pararse junto a él y a ayudarlo a cantar.

Se me viene a la mente otra situación especial con mucho cariño. Una de mis alumnas más participativas y entusiastas faltó cuando le tocaba interpretar una canción. A la semana siguiente, volvió a faltar. Quedé un poco decepcionado de mí, de mi calidad como motivador. Quizás no estaba haciendo lo suficiente. La siguiente semana la encontré muy temprano en la puerta del salón: “profe Sebas, discúlpeme por no haber venido… tenía que trabajar”, me dijo. No quise hacer preguntas. Me sentí acorralado. Le sonreí y le dije que me parecía genial que haya llegado tan temprano, tratando de fingir naturalidad. Siempre dicen que hay situaciones para las que es imposible prepararse y creo que aquella fue una de esas ocasiones.

Escribiendo estas líneas, he notado que ya no soy la misma persona, ya no pienso igual. Siento que de pronto, la satisfacción más grande que siento no es la evolución de los chicos, sino más bien todo lo que ellos me han enseñado. Ahora creo mucho más en los sueños, que sostenerse de una esperanza es la manera más natural y romántica de forjarse un destino y una meta. He aprendido a ver que más allá de las limitaciones que uno pueda tener por determinadas circunstancias, los sueños son imperturbables. Eso es Crea+, la esperanza hinchada de un grupazo de gente que siente que no todo está perdido y que va a hacer algo al respecto.

Un evento que grite: ¡Esto es Crea+!


Por: Kathy Cardozo
Subdirectora General de Crea+ Perú

No estoy muy segura todavía por qué acepte ser parte del comité organizador del evento de presentación de Crea+, que se daría el 09 de marzo. Sabía que sería una gran responsabilidad y que demandaría mucho sacrificio pero no le di muchas vueltas y dije que sí. De arranque nuestro comité jugaba con el tiempo en contra, algo que seguramente le pasa a muchos organizadores de eventos. El reto era realizar un evento que cumpliera con nuestros altos estándares de profesionalismo, sin dejar de ser creativo y que no demande mucho presupuesto. Nada sencillo.

Sin embargo, y esto es algo que no me deja de sorprender de Crea+, se formo un equipo de gente súper comprometido y muy creativo que supo sacar el evento adelante y hacer de él un verdadero éxito. Gente dispuesta a dar mucho más de lo que se le pide, apasionada porque las cosas salgan bien. Fue importante también para nosotros como comité, acercarnos a personas que tienen mucha más experiencia en campos similares, como son Álvaro Delgado Aparicio y Carla Pennano de APOYO Innovación. Gracias a sus ideas y consejos generamos un planteamiento del evento muy alineado a lo que queríamos: creativo, que invite a la participación y que grite: ¡Esto es Crea+!

Considero que cuando uno se involucra en este tipo de actividades, termina siempre aprendiendo: ya sea a organizar eventos, a dirigir grupos humanos o incluso a ser un buen anfitrión. Y se aprende más de las cosas que no salieron tan bien que de las cosas con las que quedamos contentos. El resultado del reto, que fue organizar este evento, la mayoría lo conoce. Estoy segura que las personas que asistieron se llevaron una muy buena impresión de nuestra organización, entendieron lo que hacemos y se sintieron conmovidas de alguna u otra forma. Mi deseo oculto es que se hayan ido del evento preguntándose de qué forma pueden poner su granito de arena para cambiar la realidad de la educación de nuestro país. Y que encuentren su respuesta en Crea+, ¡obvio!

Voy a agradecer una vez más a cada una de las personas que ayudaron en la organización del evento, así como a las que me ayudaron a respirar profundo y contar hasta cien antes que me estalle una vena. Sin nombres, cada uno sabe quién es y mis felicitaciones, todos representan ese agente de cambio que queremos en Crea+. Y para cerrar un consejo: si alguna vez les ofrecen hacerse responsables de una actividad de estas, ¡digan que sí!