sábado, 29 de mayo de 2010

Voluntades visitó CREA +

Nos alegró la iniciativa de Voluntades de visitar a CREA + un sábado en acción. Nosotros, felices de recibirlos, aceptamos y les mostramos lo qué significaba estar un día en el colegio con CREA +. De esa manera Diego Chacón y Ronald Granhton esperaron, como todo creando, el bus a las 8:30 am en Larcomar y se enrumbaron junto a nosotros a Chorrillos. Compartir ideas y experiencias durante ese día fue muy valioso y por eso, creímos importante que fueran ellos mismos los que describieran la sensación que les había dejado ser un creando más ese día. Este es el mensaje que comparte Diego Chacón, miembro de Voluntades, con nosotros.
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¡Trabajar como un solo equipo!

Te pregunto…

¿Por qué te levantas temprano todos los sábados para ir hasta Chorrillos? ¿Por qué decidiste un día empezar a dictar clases de matemática a tantos niños? ¿Por qué de pronto quisiste enseñar en talleres de baile, actuación, computación, básquet u otras disciplinas? ¿Por qué es que apostaste por dedicar parte de tu tiempo al buen desarrollo de esos chicos? ¿Por qué es que cada sábado… tú creas más?

Estoy seguro de que muchos de esos niños no se han dado cuenta de que estás empezando a generar un pequeño cambio en sus vidas. Quizá tú tampoco te hayas dado cuenta. Quizá la preocupación en que ellos aprendan en tu clase o que se desenvuelvan bien en tu taller no te han permitido darte cuenta de que cuando ellos se van a sus casas lo hacen de una manera distinta. Muchos de ellos seguro les contarán a sus madres lo que hicieron en el taller de pintura, o lo que aprendieron en la clase de matemática, o lo rico que estaba ese refrigerio.
¿Sabes? Muchos de ellos ya tuvieron un sábado diferente porque tú lo hiciste diferente.

Justamente el trabajo que caracteriza a un voluntario es su capacidad de poder hacer la diferencia si se lo propone. Y es ese “hacer” lo que puede causar que muchos niños o jóvenes salgan de aquel hoyo llamado exclusión social. El problema es que es difícil. Es muy difícil transformar vidas, es muy difícil cambiar la mentalidad de alguien que ya ha sido influenciado de manera negativa y que ya dice un “no voy a poder lograrlo”. Pero el reto del voluntario justamente consiste en demostrarles que sí pueden lograrlo, y eso implica un esfuerzo que empieza en uno mismo. A ese esfuerzo se le llama compromiso.

Es, entonces, admirable reconocer que
una organización que tan solo tiene unos pocos meses en actividades ya puede reflejar un trabajo muy bien hecho y un profesionalismo que se baña en un mar de motivación, juventud e iniciativa, pero sobre todo, de compromiso. Ese compromiso que he visto en Crea + me hace volver a la primera pregunta: ¿Por qué te levantas temprano todos los sábados para ir hasta Chorrillos? ¿Acaso ya fuiste consciente que si lo haces y si te comprometes podrás ser capaz de influir positivamente en la vida de no solo uno, sino muchos niños? ¿Te has dado cuenta del potencial que tú tienes como voluntario?

Dáte cuenta que ustedes son jóvenes que han mostrado ese potencial, que han optado por reunirse, organizarse, constituirse y decidir “hacer algo” para, finalmente, impactar positivamente en tantos niños y tantos adolescentes.
¡Y ya lo están haciendo! ¡Ya hay chicos que están aprendiendo gracias a ustedes!

¿Por qué lo haces? Solo tú lo sabes. Lo cierto es que en estas cosas no interesa saber si te metiste por que tenías ganas de cambiar el mundo o porque la chica que querías afanarte estaba ahí.
En esto, lo que interesa, es que te quedes, que te des cuenta que tienes la capacidad de generar cambios, que te compres el pleito y que lo hagas porque te das cuenta de que esos niños, por más que no los conozcas ni vivan cerca a ti, te necesitan.

Qué reconfortante es saber que son muchas las personas que se han comprado este pleito pro-desarrollo y anti-exclusión. Qué bueno es ver en acción a un proyecto que en tan poco tiempo ha logrado tan buen nivel de organización y de compromiso.
Qué honor es conocer gente que tiene esas ganas de hacer un trabajo responsable que busca un desarrollo integral en jóvenes.

Finalmente, qué bueno darme cuenta que más allá que uno pertenezca a Voluntades, a Crea + o a cualquier otra organización, todos nosotros
pertenecemos a un solo grupo, a un solo equipo: aquel que busca enfrentar la inequidad y la indiferencia.

jueves, 6 de mayo de 2010

¿Realmente estamos por el camino de la innovación?


Una de las ponencias más destacadas dentro del CADE por la Educación, que se llevó a cabo el pasado 29 de abril en nuestra capital, fue la realizada por Juan Carlos Navarro del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El tema central, “Impacto de la Educación en la generación de tecnología” se desarrolló primero dándonos un claro panorama de cómo nos encontramos, a nivel latinoamericano, frente a otros países en lo que respecta a innovación tecnológica.

El diagnóstico de Navarro arrojó los resultados que cualquiera de nosotros podría intuir a simple vista: baja inversión en Investigación y Desarrollo (I+D), poco involucramiento del sector privado en innovación y una presencia casi nula de investigadores en el sector productivo.

Todo ello, nos ha llevado a posicionarnos como una de las economías menos innovadoras con un índice casi inexistente de exportación de alta tecnología.

Es en este contexto que las universidades cobran importancia, ya que el Sistema Nacional de Innovación (SIN) actualmente articula al sector público, al privado y ahora, a la Academia (universidades).

De acuerdo a sus estudios y experiencia, Navarro comentó que existen tres puntos fuertes en los que tenemos que trabajar para alcanzar la frontera tecnológica que nos separa del resto de países: el capital humano, la investigación como adaptación (es decir no sólo descubrir sino tomar lo que viene de afuera y adaptarlo a nuestra realidad) y el personal técnico, el cual es el vínculo entre el mundo del conocimiento (académicos) y el de la producción.

Si logramos conocer estos tres puntos en los que debemos trabajar, solo queda saber cómo lo haremos, a través de qué podremos alcanzar la meta. Con respecto a ello se presenta un “kit para la innovación”:

· Elevar el nivel de alfabetización científica.
· Incluir en la educación básica a las ingenierías y las ciencias .
· Desarrollar centros de investigación (y conectando a estos investigadores con la red nacional de innovación, no dejándolos en el pedestal).


Uno de los principales retos que se nos presenta con relación a la educación, según Navarro, es la competencia por talento. Ésta se refiere a la forma de identificar el talento científico a edades muy tempranas. Si un adolescente a los 15 años comienza a interesarse por la investigación, y es colocado en el nicho empresarial correcto, es muy probable que se desarrolle y logre importantes resultados en esta área.

Pero, con los resultados del PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, por sus siglas inglés) y la presencia nula de Latinoamérica en los rankings en investigación universitaria, ¿cómo asegurar la calidad educativa? Hay una fuerte tarea que se espera de las universidades en coordinación con los sectores público y privado.

Para finalizar, Navarro respondió puntualmente a la pregunta “¿cómo avanzamos?”, dándonos así algunas luces para el trabajo de las universidades en el contexto actual:

¿Cómo avanzamos?

· Mejorar el vínculo entre el sector privado y la universidad (acercarlos, que trabajen en conjunto).
· Institucionalizar manejo de propiedad intelectual en las universidades (el docente que investiga no es apoyado).
· Selectividad: ser la universidad top en un área de especialización, no intentar destacar en todo.
· Coordinación entre el sector público, el sector privado y la universidad.